Cuando observamos las conversaciones de nuestros niños y niñas, sus inquietudes, cómo escenifican algún acontecimiento del que han oído hablar, han visto en televisión y que les preocupa, aún sin entender muy bien de qué se trata, es necesario hacer un alto en la programación y, tratando de no desconectar totalmente de la temática o el proyecto en el que estamos trabajando, abordar el tema en cuestión surgido de ellos mismos y sus necesidades.
El acontecimiento que, en esta ocasión, ha hecho que modifiquemos nuestra programación ha sido el volcán de la isla de La Palma.
Los niños y niñas ni tan siquiera sabían qué era un volcán pero sí que lo que ocurría les llamaba la atención y les preocupaba. Hemos aprendido qué es un volcán, dónde está situada la isla de La palma, qué estaba ocurriendo, dónde lo habíamos visto o escuchado, qué emociones nos hacía sentir y por qué, cómo se sentirían las personas que viven allí,... todo adaptado a su nivel madurativo ya que son niños y niñas de 4 años.
Vivenciamos a través de juegos y diversas actividades el enfado, el miedo, la calma, la solidaridad, el agradecimiento y la empatía.
Conectándolo con nuestro proyecto el hada y el duende, trabajamos el cuento Tengo un volcán y conocemos al Hada del Volcán que nos enseña a respirar y a calmarnos para gestionar el miedo y el enfado.
Y de los niños y niñas surge la pregunta; ¿qué pasa con los niños y niñas de La Palma? ¿Algunos no tienen casa, han perdido sus juguetes, su cole?
Haciéndonos eco de los #mensajesvitales que ya conocemos y de los que hemos participado de diversas maneras en clase y con la colaboración de nuestras familias como parte del proyecto de #educaciónvital de Miguel de Mederos decidimos recurrir de nuevo a ellos para dar ánimo y aliento a los niños y niñas de La Palma y sus familias.
Un fuerte abrazo a todos los palmeros y palmeras y muy especialmente a sus niños y niñas.